Los ojos, el alma, el acero, el agua
Quiero que el cielo se abra
Como la flor que baña el rocío
Y que las nubes, blancas y grises
Paseen en la senda celeste
Habrá tierra sobre el cielo?
Ese lugar es real, es aquí
Ángeles y el paraíso reflejado
En los espejos de nuestras almas terrenas
Que muestran la verdad envuelta en bruma
Quiero que la tierra se abra
Ríos de lava surgirán a nuestros pies
Incinerando esperanza y carne
Para que veamos que el infierno no esta lejos
El diablo sonríe en su silla de hierro
Muchos humanos prepararon su llegada
Sin embargo el reflejo se apago
El amor y la caridad opacaron
El tibio brillo de las flamas
Agua, acero, alma y pupilas
Porque reflejan mal los extremos?
Un pequeño zorro, desprovisto de alma
Conoce sus deseos y sabe que es el miedo
No es ajeno al amor ni al sufrimiento
No tiene nada que refleje el conflicto
No juzga ni admira su imagen en el espejo
No puedo alejarme del cielo y el infierno
De las imágenes borrosas de dicha
Del parpadeante brillo del fuego imperecedero
El zorro me deja solo en silencio
Se va triste…
Somos esclavos del espejo
Lo que acabas de leer es uno de los tantos cuentos volcados al papel por mi amigo personal y socio (en construccion de guitarras, si SOMOS luthiers) Matías M. Roude. Si les gusto, voy a seguir publicando otras obras mas adelante. Y si no, tambien.
miércoles, junio 01, 2005
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